"Abuelo, Gran Espíritu, mírame una vez más en la tierra

y apóyate para oír mi débil voz. Tu viviste primero

y eres más viejo que todas las necesidades, más viejo que toda la oración.

Todas las cosas te pertenecen: el bípedo, el cuadrúpedo,

las alas del aire y todas las cosas verdes que viven.

Has establecido los poderes de los cuatro cuartos de la Tierra.

para cruzarse. Me has hecho cruzar el buen camino

y el camino de las dificultades, y donde se cruzan, el lugar es santo.

Día tras día, para siempre, eres la vida de las cosas.

Por lo tanto, te envío una voz, Gran Espíritu, mi abuelo,

olvidando nada de lo que has hecho, las estrellas

del universo y las hierbas de la tierra. "

 

Alce negro, Hehaka Sapa

Oglala Lakota, Hombre Santo Heyoka

 

 

EL ARBOL DE LA VIDA

 

 

No podríamos existir sin árboles. Respiramos porque ellos están respirando. Nuestra existencia terrenal y el mantenimiento de la vida, minuto a minuto, depende de ellos. Necesitamos respirar para vivir cada segundo de nuestra vida. Nuestro corazón se detiene muy rápido cuando no respiramos. Podemos pasar mucho tiempo sin comida o incluso sin agua, pero morimos rápido sin aire. El aire es un regalo muy especial para nosotros, porque no necesitamos hacer nada para conseguirlo y está en abundancia por todas partes. Lo tenemos todo el tiempo, día y noche.

 

Los árboles no solo nos dan aire, sino también refugio y hogar, alimentos y medicinas tanto para los animales como para los humanos. Los árboles brindan protección contra el viento, la lluvia, el frío y el peligro. Incluso después de la muerte, alimentan a los de su especie y a otros seres. El espíritu del árbol y el espíritu del fuego están estrechamente relacionados, se ayudan mutuamente a crecer. Los árboles dan a los humanos sus cadáveres para hacer fuego, cocinar alimentos, mantenerlos calientes durante los largos inviernos y protegerlos e iluminarlos durante las noches oscuras. Los árboles ayudan a los humanos a conectar su Espíritu con el Gran Espíritu y a calentar las rocas del abuelo en las ceremonias de Sweat Lodge, que se utilizan para purificar y curar.

 

En el estilo de vida y la tradición de los nativos norteamericanos, la vida es sagrada y la creación es sagrada. La naturaleza y la vida es perfecta exactamente como es, porque ha sido creada por el Creador, el Gran Espíritu. Los seres humanos están aquí para cuidar de la naturaleza, de ellos mismos y de los demás. No podemos poseer nada en esta vida, porque cada cosa pertenece al Creador. Incluso nuestro cuerpo pertenece a la Madre Tierra porque lo recibimos como un regalo temporal y tenemos que devolvérselo cuando se acabe nuestro tiempo. Nuestro Espíritu pertenece al Creador, proviene de esa fuente y regresa a esa fuente cuando termina nuestro viaje.

 

En esta Tradición caminamos con respeto, cuidado y belleza. Observando con atención cómo y dónde pisamos, para no destruir, herir o molestar a otros seres por desconocimiento o arrogancia. Cuando buscamos comida, agua, leña o cualquier otra cosa que necesitemos, lo hacemos con respeto, cariño y humildad. Honramos la vida y el espíritu contenidos en otros seres, honramos a las Fuentes que los crearon y se manifiestan a través de ellos, el Creador y la Madre Tierra.

 

Los llamamos abuelo y abuela, porque estaban aquí antes que nosotros y porque no estaríamos aquí, ni siquiera podríamos existir sin ellos. Los tratamos por lo que realmente son, nuestros antepasados, nuestra familia, nuestros hermanos y hermanas, todas nuestras relaciones. Les pedimos permiso antes de tomarlos o una parte de ellos y les explicamos antes por qué los necesitamos y con qué finalidad se utilizarán. Esperamos el permiso y si es denegado seguimos adelante y volvemos a preguntar en otro lugar. Solo tomamos lo que necesitamos y ofrecemos tabaco y oraciones para agradecerles y orar por su bienestar y por su abundancia. Pedimos perdón por quitarles la vida o lastimarlos tomando partes. Los honramos usándolos para sustentar la vida y para contribuir al bienestar físico y espiritual de nosotros mismos y de los demás. Nunca debemos desperdiciarlos o abusar de su poder.

 

Cuando éramos niños, la Tierra y la Vida era mágica, un lugar maravilloso lleno de tesoros y lleno de emocionantes y hermosas aventuras. Los árboles y el arbusto nos dieron varitas mágicas y lugares místicos para jugar. Cuando terminamos de jugar con ellos, los dejamos ir y al día siguiente fuimos a descubrir otros. ¿Cuándo, cómo y por qué tuvimos que dejar esa forma de ser? ¿Qué pasó con este niño en cada uno de nosotros? ¿Realmente necesitamos crecer de una manera que destruya la magia y todos los tesoros? ¿Volvernos abusivos y posesivos con cosas que nunca fueron realmente nuestras y que no podemos conservar por mucho tiempo y nunca para siempre? ¿Por qué no podemos recordar mucho de ese niño? ¿Por qué ya no podemos honrar y escuchar a ese niño? ¿Nos queda alguna posibilidad de dejar de talar los bosques, de dejar de quemar, envenenar y destruir la tierra y todas las formas de vida? ¿Existe la posibilidad de recordar a ese niño que fuimos, no hace tanto tiempo? ¿Existe la posibilidad de dejar de generar más contaminación, más guerras, más desolación y más desastres? ¿Qué se necesita para despertarnos de la pesadilla y cambiar nuestros comportamientos?

 

En la tradición de los nativos norteamericanos, el árbol representa y es igual a la vida. Hay una Ceremonia Sagrada, tan sagrada que en los viejos tiempos no se hablaba de ella fuera de las ceremonias. Esta ceremonia es el Sundance, una ceremonia de acción de gracias por la vida y por la renovación de la vida. Los nativos norteamericanos bailan todos los veranos en Turtle Island; América del Norte, durante cuatro días sin comida ni agua y ofrecen su sufrimiento, su sangre y su carne para honrar la Vida y orar por el sustento y la renovación de la Vida. Hoy en día, personas de muchas otras naciones siguen el estilo de Sundance y bailan con ellos en Canadá, en los Estados Unidos y en otros países de todo el mundo. Ellos bailan de esta manera alrededor del Árbol Sagrado de la Vida no solo por ellos mismos, por su familia y por su comunidad, sino por toda la vida, la vida de todas las naciones y la vida de todos los seres, y por la sanación y renovación de la Madre Tierra. http://nwindian.evergreen.edu/curriculum/SacredTree.pdf

 

Desde la cómoda seguridad de nuestro estilo de vida moderno, ¿cómo se ve el futuro? ¿Realmente nos preocupamos por lo que nos convertiremos? ¿En qué se convertirán nuestros hijos y los hijos de sus hijos sin árboles, sin aire, sin vida en la Tierra? ¿Realmente queremos sentir, ver y permitir que la Madre Tierra y sus seres estén sufriendo y muriendo rápidamente, cada día más y más? ¿Que la humanidad se enferma día a día física, emocional, mental y espiritualmente? ¿Qué estamos dispuestos a hacer en nuestra vida diaria? ¿Qué tipo de sacrificios podemos hacer para preservar la vida, sostener la vida y cuidar la vida individual y comunitariamente? ¿De verdad queremos ser espiritualmente responsables de nuestra vida, de la vida de los demás y de la vida de la Madre Tierra?

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

“Mi nombre es Geeoch Mokene y esta es mi oración para ti, abuela Árbol. Por favor, escucha mi voz. Estoy aquí ante ustedes, para honrarlos y agradecer a su Nación, por sus dones para mí y para la humanidad. Pido perdón por la forma en que te traté antes y la forma en que otras personas todavía te tratan. Viene de la ignorancia y de la forma en que crecimos y aprendimos a tratar la vida y los seres de la vida. Les doy las gracias de manera humilde, por venir a mí en el espíritu y ofrecerme ayuda y trabajar conmigo en la curación y en las ceremonias. Gracias por sostenerme con tu vida y por sostener a mi familia y la comunidad en la que vivo y la Tierra Sagrada que camino. Gracias por estar siempre conmigo a través del aire que respiro. Gracias por ayudarme y enseñarme durante muchos años durante el Sundance, a ser fuerte pero amable conmigo mismo y con toda la vida. Por favor, acepta este tabaco, esta comida y agua, este humo sagrado de salvia que te ofrezco en agradecimiento y respeto para alimentar tu cuerpo y tu espíritu, para agradecer a tu espíritu y por todos los dones de tu ser. Todos mis parientes ".

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

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